El drama de la cama

En muchas ocasiones el momento de mandar a los niños a la cama se convierte en un drama. Ellos no se quieren ir a dormir y los papás están demasiado cansados para contemplaciones. Lo mejor es ir creando ciertas rutinas para que el momento de irse a la cama no se convierta en una lucha constante.

Recordad que estamos hablando de crear un hábito así que cuanto antes lo empecemos mejor que mejor. Y por supuesto, todas la ideas que voy a daros sirven también para aquellos para los que ese momento ya supone una tragedia. A estos últimos hay que explicarles siempre lo que vamos a hacer: “Juan, vamos a ir al baño y luego a cenar. Después nos vamos a la camita”.

Ojo, no preguntamos. Simplemente les afirmamos lo que vamos a hacer, no les estamos pidiendo opinión.

Relajación

Bien, pues ahí van unos consejitos que espero que os ayuden, sobre todo en la relajación.

Para mi es bastante importante el baño. Es un momento que, además de divertirles porque juegan, les relaja bastante. Así que cuanto más pegado lo hagamos a la hora de la cena mejor. Por otro lado es importante que si la cena no es inmediata no les dejemos ponerse a saltar. Tampoco jugar a algo que les excite especialmente. Es el momento perfecto para dejarles ver unos poquitos dibujos, ver un cuento….

Después del baño es perfecto darles cremita en el cuerpo. Si aprovechamos para darles un suave masaje por todo el cuerpo se quedarán la mar de a gustito. Si son pequeños, podemos tumbarles en la cama o el cambiador e ir dándoles un masajito suave. A la vez, les contamos un cuento o cantamos una canción. A los más mayores, podemos hacérselo de pie. Mientras, que nos cuenten lo que han hecho en el cole o nos canten algo. Si utilizamos un tono de voz suave iremos creando inconscientemente un ambiente más relajado.

Juegos y cuentos después de la cena

Después de cenar siempre suele haber un ratito para jugar así que debemos volver al primer punto. Ojo con los juegos de esas horas. Es perfecta la tele, los cuentos, las juegos de atención (para los más mayores)… Y no olvidar de avisarles que el tiempo de jugar se va a acabar antes de que sea así. “Juan, te quedan 2 minutos.” Sin tono amenazante pero tampoco preguntamos. Simplemente la anunciamos que dentro de un poquito se va a ir a la cama.

Cuando les metemos en la cama podemos aprovechar para pasar con ellos 5 minutos. Leerles algo, contarles cómo nos ha ido el día, pensar lo que vais a hacer al día siguiente…. También podemos dejarles solitos con el cuento y decirles que en un ratito les apagaréis la luz. Es importante que entendáis que no hace falta que se queden completamente a oscuras para dormir. No a todos los niños les gusta, igual que lo de cerrar la puerta. Hay luces de noche muy buenas que a ellos les da seguridad.

A mi personalmente me gusta mucho ponerles música: música clásica o mejor, nanas. Aunque parezca un tópico les ayuda a relajarse y, en consecuencia, a conciliar el sueño.

Variedad

Por último, comentaros que tenemos que tener cuidado a la hora de ver qué van a hacer después del baño y después de la cena. Si todos los días les ponemos a ver un cuento después del baño y otro cuento después de la cena y, cuando nos metemos en la cama con ellos les contamos otro cuento…. No sólo acabarán odiando los cuentos sino que se aburrirán y se pondrán muy nerviosos. Como consecuencia conseguimos el efecto contrario a la relajación que buscamos. Lo mismo pasará con la tele o con los juegos de atención.

Si hacemos más o menos las mismas rutinas todos los días los niños se acostumbrarán a relajarse. Verán el momento de irse a la cama como algo bueno y no como una pesadilla.

Espero haberos ayudado y, como siempre, aquí estoy para vuestras dudas.

Almudena Oliver, Escuela Infantil Las Huertas