Yo no sé a vosotros si os costó mucho la introducción de papillas de fruta o no pero para nosotros fue una odisea. Así que hoy he decidido contaros mi experiencia con el tema y daros algunos trucos que en mi caso resultaron útiles.
Cuando me tocó empezar con las niñas, al cumplir el quinto mes, me lo tomé a rajatabla, a partir de ese día fruta si o si… y aquello fue la guerra. Yo no sabía que se juntaban dos cosas, una que el niño tiene que aprender a tragar de manera distinta cuando come con cuchara que cuando come con biberón y dos, el comer algo nuevo que a la inmensa mayoría no suele gustarles.
Puesto que dicen que no es bueno darles la fruta en biberón ya que favorece las caries, yo empecé ayudándoles a tragar la papilla de fruta con el chupete… ¡craso error! Escupían, se manchaban y a acababan de fruta hasta la nuca. Y yo, no os quiero contar como acababa… Con el pequeño también he tenido alguna que otra ducha pero menos.
Probé todo tipo de combinaciones de fruta: compota de manzana, de pera, platano machacado, todo junto, con cereales, con leche… nada todos los días los mismos manotazos, los mismos lloros y una lavadora solo por la merienda.
Así que decidí dar marcha atrás y tomármelo con más calma. Volví una semana al biberón y luego empecé poquito a poco. Un par de cucharaditas el primer día y al rato el bibe (no justo después, sino dejándoles pasar hambre un ratín, para que no piensen que no pasa nada por no tomar la fruta por que ahora me dan bibe) y, poco a poco, fui introduciendo la fruta. Fue un proceso largo pero al final lo conseguí, así que ánimo a las que lo estáis intentando que, con paciencia, muuuuuuuucha paciencia, lo conseguiréis. Con el pequeño, empecé directamente en la fase dos y de momento va comiendo, pero poquito a poquito…
Mis conclusiones fueron:
– No empecéis con las papillas de fruta en una semana que no vayáis a estar en casa o que tengáis algo importante el fin de semana. Hacedlo con calma y una vez que hayáis empezado, siempre dadle fruta en esa toma, para que no se lie e identifique lo que le toca en esa comida. Recordad que a los bebés les gustan las rutinas.
– Tomaoslo con calma. A la inmensa mayoría no les gusta la fruta. El puré que se introduce un mes más tarde si (Y digo yo, ¿por que no empiezan por el puré y así se acostumbran a la cuchara?)
– Probad diversas combinaciones: el plátano es el más dulce de todos, pero la compota de manzana también. En otros países les dan mango y papaya que es más dulce, pero yo lo probé y las mías ni acercarse.
– Intentad distraerle, ya sea con un muñeco, con algo colgando de la muñeca, etc… eso les ayudará a olvidarse de cerrar la boca. En el caso del pequeño, lo que le llama la atención son las cucharas de colorines.
Seguro que se me olvidan muchas cosas y que muchas madres pueden aportar algo más… ¿Os animáis a contarnos vuestras experiencias?
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